"Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor se basa en el precio de otro activo. Proporcionan a los inversores formas únicas de gestionar el riesgo, especular sobre los movimientos de precios y obtener acceso a activos o mercados de difícil acceso."
Los derivados, particularmente las opciones y los futuros, son una parte integral de los mercados financieros. Si bien estos instrumentos pueden ser complejos, también ofrecen a los inversores y a las empresas una gama de posibilidades estratégicas. En este capítulo, exploraremos qué son los derivados, cómo funcionan las opciones y los futuros, y cómo se utilizan en la práctica.
Un derivado es un contrato entre dos o más partes cuyo valor deriva, de ahí el nombre, del precio de un activo subyacente. Este activo subyacente puede ser una acción, un bono, una materia prima, una moneda, una tasa de interés, un índice bursátil o cualquier otro activo financiero.
Una opción es un tipo de derivado que otorga al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar (en el caso de una opción de compra) o vender (en el caso de una opción de venta) un activo subyacente a un precio determinado (precio de ejercicio) en o antes de una fecha específica (fecha de vencimiento).
Las opciones pueden ser utilizadas para una variedad de propósitos. Por ejemplo, un inversor puede comprar una opción de compra si cree que el precio del activo subyacente aumentará, o una opción de venta si cree que el precio disminuirá. Las opciones también se pueden usar para protegerse contra el riesgo de cambios en el precio del activo subyacente.
Un contrato de futuros es otro tipo de derivado. A diferencia de las opciones, un contrato de futuros obliga al comprador a comprar y al vendedor a vender el activo subyacente a un precio determinado en una fecha futura específica. Los futuros se utilizan a menudo en los mercados de materias primas, pero también pueden ser basados en activos financieros como acciones o índices bursátiles.
Los futuros pueden ser utilizados para especular sobre la dirección de los precios del activo subyacente, o para protegerse contra el riesgo de cambios en los precios. Por ejemplo, un agricultor podría usar contratos de futuros para asegurar un precio para sus cultivos antes de la temporada de cosecha, protegiéndose contra el riesgo de cambios en los precios de los productos agrícolas.
Los derivados, como las opciones y los futuros, son herramientas financieras avanzadas que ofrecen a los inversores y a las empresas maneras únicas de manejar el riesgo, especular sobre los precios y aprovechar las oportunidades de mercado. Sin embargo, también pueden ser complejos y conllevan sus propios riesgos, por lo que los inversores deben asegurarse de entender completamente cómo funcionan antes de usarlos.